Hay canciones que marcan un antes y un después en la historia del rock, y “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana es, sin duda, una de ellas.
Pero lo que muchos no saben es que esta legendaria canción nació en una noche de whisky, graffiti y rebeldía.
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Todo comenzó con un poco de whisky canadiense

Corría el año 1990. Kurt Cobain estaba con su amiga Kathleen Hanna, vocalista de la banda Bikini Kill, y ambos decidieron emborracharse con whisky Canadian Club.
En palabras de Hanna, eran “jóvenes feministas enojadas” con ganas de hacer un pequeño “servicio público”.
Cerca del lugar donde estaban, había abierto un centro para embarazos adolescentes. Para ellos, este sitio no era más que una fachada de un grupo conservador que asustaba a las chicas jóvenes diciéndoles que irían al infierno si abortaban.
El graffiti que lo cambió todo
Con las emociones al tope y el alcohol haciendo efecto, decidieron visitar el edificio por la noche. Allí, Hanna escribió en la pared:
“Clínica falsa de abortos, todos lo sepan”, mientras que Cobain dejó su propia marca: “God is gay” (Dios es gay”) en letras rojas enormes.
Después de su “intervención artística”, se fueron al apartamento de Kurt, donde Hanna continuó escribiendo mensajes por todas partes. Uno de ellos decía:
“Kurt huele a Teen Spirit”.
Lo curioso es que Teen Spirit era una marca de desodorante popular entre adolescentes. En ese momento, nadie le dio mucha importancia… pero eso cambiaría.
Seis meses después…
Tiempo después, Cobain llamó a Kathleen y le dijo algo que ella no esperaba:
“¿Te acuerdas de esa noche? Escribiste algo en mi pared… suena genial. Quiero usarlo para una canción.”
Así nació el título que definiría a una generación: Smells Like Teen Spirit.
La influencia de los Pixies y la búsqueda del “pop perfecto”
Aunque parezca increíble, Cobain confesó que al escribir la canción intentaba crear la canción pop definitiva. En una entrevista con Rolling Stone, dijo que se inspiró mucho en The Pixies:
“Me conecté muchísimo con esa banda. Usamos su estilo de dinámicas: suave y callado, luego fuerte y agresivo.”
Ese contraste sería clave para el sonido que hizo de Nirvana una leyenda del grunge.
El demo que lo inició todo
Antes de grabar el disco Nevermind, Nirvana envió un demo grabado en casete al productor Butch Vig. Era una grabación de un ensayo, con sonido distorsionado y poco claro, pero la energía estaba ahí.
Según Vig:
“Se escuchaba un rasgueo de guitarra súper sucio, apenas distinguía algo. Pero debajo del ruido, estaban los acordes, la melodía, el famoso ‘Hello, Hello’… A pesar de la mala calidad, supe que había algo especial.”
Y lo más emocionante para el productor fue escuchar por primera vez al nuevo baterista: Dave Grohl.
La grabación: una batalla entre lo crudo y lo potente
Al momento de grabar en serio, Vig le propuso a Cobain que grabara varias tomas de guitarra y voz para superponerlas. Al principio, Kurt lo consideró trampa:
“Le parecía hacer trampa. Pero cuando escuchó el resultado, quedó convencido. Su forma de cantar era tan consistente que podíamos duplicar las pistas sin que perdiera fuerza.”
Esa técnica fue clave para lograr el sonido explosivo que hizo que la canción destacara desde los primeros segundos.
Y así nació un himno
“Smells Like Teen Spirit” no solo lanzó a Nirvana al estrellato. También cambió el rumbo del rock en los 90, marcando el inicio de la era grunge y derribando las barreras entre lo alternativo y lo mainstream.
Todo gracias a una noche de rebeldía, whisky y un desodorante para adolescentes.